PATRONOS TERESIANOS

San Enrique de Ossó
- Biografía
- Máximas
Sacerdote, fundador de la Congregación de Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, es uno de los hombres de Dios, que, en el siglo pasado, contribuyeron a mantener viva la fe cristiana en España, con una fidelidad inquebrantable a la Iglesia y la Sede Apostólica.
Enrique de Ossó, sacerdote, fundador de la Congregación de Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, es uno de los hombres de Dios, que, en el siglo pasado, contribuyeron a mantener viva la fe cristiana en España, con una fidelidad inquebrantable a la Iglesia y la Sede Apostólica.
Nació en Vinebre, diócesis de Tortosa, provincia de Tarragona, el 16 de octubre de 1840. Su madre soñaba verlo sacerdote del Señor. Su padre le encaminó al comercio.
Ordenado sacerdote en Tortosa, el 21 de septiembre de 1867, celebró la primera misa, en Montserrat, el domingo 6 de octubre, festividad de Nuestra Señora del Rosario.
Su gran obra fue la Congregación de las Hermanas de la Compañía de Santa Teresa de Jesús que se extendió, viviendo aún el Fundador por España, Portugal, México y Uruguay. En la actualidad la Congregación se extiende por tres continentes: Europa, Africa y América.
San Enrique quiso que sus hijas, llenas del espíritu de Teresa de Avila, se comprometiesen a “extender el reino de Cristo por todo el mundo”, “formando a Cristo en la inteligencia de los niños y jóvenes por medio de la instrucción y en su corazón por medio de la educación”.
Murió el 27 de enero de 1896 en Gilet (Valencia), en el convento de los Padres Franciscanos, donde se había retirado durante algunos días para orar en la soledad. Las últimas páginas que escribió antes de su muerte trataban de la acción de la gracia del Espíritu Santo en la vida de los cristianos dóciles a su amor.
- Seré siempre de Jesús, su ministro, su apóstol, su misionero de paz y de amor. (EUCARISTÍA)
- Lo que siembre el hombre en el tiempo, eso recogerá en la eternidad. E. O.
- El silencio es la morada de las almas grandes. E. O.
- No quiero ser esclavo de las cosas de las que debo ser amo y señor. E. O.
- Si Jesús es dueño de nuestro corazón, es ya dueño de todas nuestras cosas. E. O.
- El que no tiene celo por los intereses de la persona amada, no tiene amor. E. O.
- Revestirnos de Cristo Jesús, debe ser nuestra E. O.
- Si amas a Dios te acordarás a menudeo de El. E. O.
- Un buen libro el el mejor consejero, amigo, maestro y corrector. E. O.
- Aspiremos siempre a lo más perfecto. E. O.
- Amemos al prójimo con Jesús y por Jesús. E. O.
- Nada se alcanza sin trabajo y ninguna virtud se perfecciona sin él. E. O.
- Estudiando mucho, se sabe algo, estudiando poco, se sabe nada. E. O.
- Más vale poco y bien sabido, que mucho y mal aprendido. E. O.
- Haz lo que haces con todo ahínco, y todo lo harás bien. E. O.
- No murmures ni te complazcas en oír la murmuración. E. O.
- Haga yo lo que deba y suceda lo que Dios quiera. E. O.
- Quiero Señor lo que Tú quieres y como Tú lo quieres. E. O.
- Mira lo que Dios hace por ti y lo que tú haces por El. E. O.
- Hagamos todo en unión con Jesús. E. O.
- Todo con Jesús, nada sin ËL. E. O.
- Viva Jesús en mi corazón por el amor E. O.
- Viva Jesús en mi entendimiento por la verdad. E. O.
- La caridad exige que el bien se comunique E. O.
- Debemos ahogar el mal con la abundancia del bien. E. O.

Santa Teresa de Jesús
- Biografía
- Máximas
Desde muy pequeña manifestó interés por las vidas de los santos y las gestas de caballería. A los 6 años llegó a iniciar una fuga con su hermano Rodrigo para convertirse en mártir en tierra de moros, pero fue frustrada por su tío que los descubre aún a vista de las murallas.
- Sólo Amor da valor a todas las cosas.
- Amor saca amor.
- Lo que más os despertare a amares o haced.
- Muchos se quedan al pie del monte que pudieran llegar a la cumbre.
- Ya que se ha de vivir, vívase para Vos.
- Mientras puedas no estés sin tan Buen Amigo.
- Si Dios no nos favorece no somos nada.
- No quieras gozar sin padecer.
- Humildad es andar en verdad.
- ¿Qué queréis Señor de mí?
- Pues tenéis tan buena Madre ¡imitadla!
- Tened una santa osadía que Dios ayuda a los fuertes.
- Aquella vida de arriba es la vida verdadera.
- Si en medio de las adversidades, persevera el corazón con serenidad, con gozo y con paz, esto es amor.
- La tierra que no es labrada llevará abrojos y espinas aunque sea fértil; así es el entendimiento del hombre.
- Lee y conducirás, no leas y serás conducido.
- He cometido el peor de mis pecados ¡quise ser feliz!
- De devociones absurdas y santos amargados, líbranos, Señor.
- No son buenos los extremos aunque sea en la virtud.
- Todo lo que se pasa por Amor torna a soldarse.
- Cúmplase, Señor, en mí Tu voluntad.
- ¡Es tiempo de caminar!
- Dejarse en las manos de Dios es lo más acertado en todo.
- El verdadero amante en todas partes ama y se acuerda del amado.
- Tu deseo sea de ver a Dios; tu temor, si le has de perder, tu dolor que no le gozas, y tu gozo de lo que te pueda llevar a Él, y vivirás con gran paz.
- Dios no ha de forzar nuestra voluntad; toma lo que le damos; más no se da del todo hasta que no nos damos del todo a Él.
- ¡Oh Señor y verdadero Dios mío! Quién no os conoce, no os ama.
- La perfección verdadera es el amor de Dios y del prójimo.
- Nada te turbe, nada te espante
- Todo se pasa. Dios no se muda
- La paciencia todo lo alcanza
- Quien a Dios tiene nada le falta
- Solo Dios basta.